A esta hora en el capitolio nacional es velada Fanny Mikey, la creadora del Festival Iberoamericano de Teatro. Miles de personas desfilaron por las calles y por el elíptico para decirle adiós a la mujer que le consagró su vida a la cultura.
Yezid Baquero estuvo todo el día siguiendo el sentido homenaje.
Fueron más de 20 cuadras de aplausos.
De colores, de música y de preparativos.
Y más que una marcha fúnebre, era todo un carnaval.
Eso era ella, la mujer que convocaba, aún después de morir seguía llevando gente a la calle que no ahorraba en aplausos. Seguía encabezando caravanas, y sobretodo generando homenajes.
Solo dos espontáneos detuvieron el paso, un tango y una salsa.
La tristeza de su muerte aunque notoria, llego a la Plaza de Bolívar mezclada con alegría.
Y ahí como a los grandes le rindieron más honores y más aplausos.
Pero faltaba una parada, el capitolio.
Y allí el aplauso mayor:
Y el adiós del mayor de sus amores.
A una mujer que ya bajo su telón pero dejo para la posteridad una obra que seguramente nadie dejara de aplaudir.