San Ángel, Magdalena, tiene un largo historial de despojo, violencia y dominio paramilitar
La zona en donde se reunió, el Procurador con José Félix Lafaurie y las personas que fungen como propietarias de buena fe de las tierras, tiene un largo historial de despojo, violencia y dominio paramilitar.
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Con la resolución 328 de junio del 2015, la unidad de restitución de tierras reconoció la calidad de víctimas a 59 personas que fueron despojadas de sus tierras en zonas de Chibolo y Sábanas de San Ángel, Magdalena.
Esta zona del país ha sido azotada por la violencia paramilitar en las últimas tres décadas. Violencia que tuvo como punto de partida, la masacre de Monterrubio en Pivijay en 1996.
De hecho el nacimiento de Sabanas de San Ángel como municipio se dio en 1999 durante el periodo de consolidación del poder paramilitar en la zona.
Los hombres de ¨Jorge 40¨ implementaron el terror para desplazar a los pequeños propietarios, tal y como ha sido demostrado judicialmente.
Además de desplazar a sangre y fuego a los campesinos, los paramilitares montaron bases en sus parcelas y desde allí regulaban los procesos de compra y venta de propiedades en la región.
La Unidad de Restitución ha establecido que en la zona, terceros, cercanos a los paramilitares participaron en el proceso de adquisición y legalización de predios despojados, en otros casos, los mismos paramilitares adquirieron los predios con documentos falsos o pagando precios irrisorios a sus víctimas.
Otra forma de adquisición fue por medio de remates, tal y como lo hizo Carlos Arturo Londoño, quién adquirió el predio las margaritas, en un remate del banco agrario el cual la Corte Constitucional determinó como ilegal.
Fue en esta zona de Colombia donde se gestó todo el proyecto de expansión paramilitar en el Norte del país a finales de los 90.