Dos | Resulta poco creíble la explicación que da el presidente Petro sobre los frecuentes incumplimientos de su agenda
Muchas dudas registró hoy la opinión pública sobre las explicaciones del presidente Petro a sus incumplimientos de agenda
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En una entrevista que le dio a la revista Cambio y que le hicieron los colegas periodistas Daniel Coronell y Federico Gómez Lara, el presidente Gustavo Petro respondió a preguntas sobre sus reiterados incumplimientos a eventos programados con antelación y a los rumores sobre su estado de su salud.
El mandatario negó estar enfermo y dijo, en relación con las acusaciones de la excandidata presidencial Íngrid Betancourt en el sentido de que él sufre de depresión, lo siguiente: «Eso nunca ha estado en mi existencia. El chisme de Íngrid, además, no lo entiendo».
Sobre el frecuente incumplimiento de su agenda presidencial, sorprendió su respuesta cuando dijo que eso ocurre porque «al principio era inexperiencia con mi equipo, porque extraños te hacen tu agenda y no es uno».
El asunto es que esa explicación no justifica su inasistencia a reuniones programadas con días y hasta semanas de anticipación, y con su seguro conocimiento.
Como cuando no fue a la asamblea de la ANDI, anunciada en todos
los medios, y él mismo informó de que haría una reunión con todos los gremios, y no asistió ni a la una ni a la otra, que él mismo anunció.
En total, han sido 84 incumplimientos a citas o compromisos adquiridos. Entre los más notorios está también cuando el 30 de marzo de este año dejó plantados al expresidente Juan Manuel Santos y a su equipo negociador de paz; con ellos, se comprometió a intercambiar experiencias sobre cómo negociar con grupos armados ilegales; otra ausencia notable del presidente ocurrió el 13 de julio, cuando no llegó a San Andrés y Providencia para oír el fallo de la Corte Internacional de Justicia en el diferendo que tiene nuestro país con Nicaragua.
Y otra ausencia notable, cuando dejó esperando a todos los magistrados de las altas cortes.
En el plano internacional reciente, sucedió en la Cumbre Amazónica, realizada en Belem do Pará, en Brasil: no asistió a la clausura del evento, ni participó de la foto oficial, ni a la firma de la declaración final suscrita por ocho presidentes de la región.
Es claro que los presidentes deben descansar y que también tienen vida privada, pero lo que llama la atención de los incumplimientos es que cada vez que cancela un evento se dan explicaciones poco creíbles.
Excepto un reducido grupo de su seguridad presidencial, nadie sabe en dónde se encontraba el presidente.