Reforma, ¿va contra la explotación laboral?
#SinCarreta | El espíritu de esta iniciativa del Gobierno es revivir beneficios laborales que se han venido eliminando desde hace 20 años, con el argumento de reducirles los costos a los empresarios y bajo la promesa de generar empleo.
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La reforma laboral, que ya se encuentra radicada ante el Congreso de la República, tiene ilusionados a muchos trabajadores, con mejoras en las condiciones de trabajo, pero también ha generado temores entre los empresarios, frente a los nuevos costos que implicaría si se aprobara.
El espíritu de esta iniciativa del Gobierno es revivir beneficios laborales que se han venido eliminando desde hace 20 años, con el argumento de reducirles los costos a los empresarios y bajo la promesa de generar empleo.
Por ejemplo, la reforma plantea que la jornada nocturna inicie desde las 7:00 de la noche, es decir, 2 horas antes de lo establecido actualmente. Esto implica reconocer recargos del 35 %, adicionales a lo cobrado durante la jornada diurna. También se establece que los dominicales y festivos se pagarían doble.
La reforma tiene un capítulo especial para mejorar las condiciones de los trabajadores de las plataformas de domicilios, que actualmente no tienen seguridad social. Con la reforma podrán hacer cotizaciones parciales.
Algunos “rappitenderos”, como se conoce popularmente a los mensajeros domiciliarios, consideran que la reforma es esperanzadora si se enfoca a combatir la explotación laboral en la que se encuentran muchos de estos trabajadores. Otros, por el contrario, manifiestan que prefieren seguir con el actual sistema, que les permite manejar libremente su tiempo a conveniencia, sin las ataduras de un contrato de trabajo formal.
Otro de los aspectos que se está proponiendo debatir en el Congreso son los mecanismos de formalización laboral, en los que se incluirían trabajadores de centrales de abastos y transporte para que tengan contrato de trabajo con prestaciones de ley.
Además, la licencia de paternidad se extendería hasta por 3 meses a partir de 2026, como un instrumento para que los hombres puedan acompañar y colaborar a las madres durante las primeras semanas y tras el nacimiento de los bebés.
Pero estos y otros cambios enfocados a beneficiar a los trabajadores tienen nerviosos a los empresarios, porque implicarán costos adicionales para el sostenimiento de las nóminas.
La presidenta de la Asociación Colombiana de Pequeños Industriales, ACOPI, Rosmery Quintero, estima que dichos costos pueden elevarse entre un 17 % y un 34 %, lo que haría más difícil la supervivencia de las microempresas.
Se estima que en Colombia al menos 4 de cada 10 trabajadores se encuentran en la informalidad. Esto representa que alrededor de 12 millones de trabajadores no tienen acceso a prestaciones legales, como cesantías, vacaciones o primas.