El extraditable más pobre del mundo

En la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, en Boyacá, está preso Jorge Iván Aragón… Lo capturaron hace unos meses porque contra él pesa una orden de extradición que lo define como un rico y poderoso narcotraficante… Sin embargo la vida que llevaba el señor Aragón antes de su detención no parece ser la de un narcotraficante… Tenía dos trabajos, uno como cotero y otros como leñador, vivía en la sencilla casa de su mamá y su único hijo estudia en una escuela pública… Su familia nos buscó para decir… ¡Qué tal esto!

Jorge Iván Arango era en el aeropuerto de Rionegro, Antioquia, lo que se conoce como cotero, estibador o auxiliar de Bodega, eso entre las nueve de la noche y las seis de la mañana, porque de día tenía un contrato con el municipio para erradicar árboles que estaban en alto riesgo… así se ganaba la vida y pagaba la hipoteca de la casa de su mamá, donde vivía en el barrio El Porvenir.

“Trabajaba en un vuelo nacional de correo”

Pero hace cuatro meses, el cuatro de diciembre pasado todo cambio… eran las ocho y media de la noche.

“Yo estaba esperando el bus para irme para mi trabajo y se me acercaron dos sujetos y me dijeron que me montara en un vehículo que ellos eran de la Policía, que me requerían para algo de alimentos”.

Todo lo que le dijeron eran mentiras, los policías hacían parte de un operativo conjunto con la DEA en Colombia y Estados Unidos denominada Operación Fénix II. De eso se enteró a las cuatro de la mañana del cinco de diciembre.

“Señor estos documentos quieren decir que usted está pedido en extradición por Estados Unidos, que usted está involucrado en narcotráfico”.

Cuatro horas después, a las ocho de la mañana fue presentado con el resto de la denominada red de narcotraficantes, 9 personas que fueron capturadas en Antioquia

“Que liderábamos una red de narcotráfico, me pareció muy insólito, porque yo nunca en la vida había visto esa gente, ni ellos a mi”.

“Lucía Yépez. Mamá “Creí que mi corazón se me salía y desde hora y punto me siento muy mal”.

Jorge Iván dice que no es ningún narcotraficante.

“Mire mis ingresos económicos, mire mis deudas porque en este momento solo tengo es deudas, tengo `pruebas de los bancos de que les debo dinero, la tarjeta de crédito, la hipoteca”.

Pero no se le olvida que hace unos años, antes de trabajar en el aeropuerto, se rebuscaba la plata comprando mercancías en Venezuela a través de unos familiares, para venderlas en Medellín a un comerciante del centro comercial El Diamante.

“Esta persona tiene almacenes de computación: yo le dije vé, yo tengo unos accesorios de computador, vos porqué no me los comprás. Dijo: ah! Claro, páseme la lista de lo que tiene, yo con mucho gusto le colaboro”.

El comerciante resultó ser Julio César Montoya, la única persona que no capturaron, aunque según las autoridades es uno de los cabecillas de la red de narcotraficantes.

“Si él era narcotraficante o no, no lo puedo decir, yo no lo conocía, ya la vida del señor yo no me la sé. Solamente lo conocí como comerciante en le Centro Comercial El Diamante”.

Su mamá está convencida de la inocencia de su hijo y dice que todo es una mala coincidencia.

“Yo digo: si me extraditan a mi muchacho yo no creo que el me vuelva a ver a mí, porque estoy muy destrozada.

Desde su captura no lo volvió a ver porque no tiene dinero para viajar desde Medellín hasta Cómbita, en Boyacá.

“No, ojalá Dios Mío, el me llama porque le estamos mandando platica poquita que nos han colaborado los mismos amigos de él y la familia muy querida”.

Su hermana también lo defiende y asegura que él no tiene el perfil de un narcotraficante.

“No tiene casa propia, vive acá con mi mamá, tiene un niño que estudia en la escuela pública en San Carlos Antioquia”.

Según las autoridades colombianas y estadounidenses, existen pruebas de las relaciones delincuenciales de Jorge Iván Arango con la red de narcotraficantes.

“Los agentes de la DEA me preguntaron que yo qué hacía, que yo dónde trabajaba. A mi me pareció insólito, me pareció muy insólito, si supuestamente la DEA o los Estados Unidos me estaban pidiendo., por qué no tienen información de yo dónde trabajaba”.

Por eso su hermana asegura que con Jorge Iván las autoridades están cometiendo una injusticia, tanto que miembros de la Fiscalía lo reconocieron el día de la captura.

“Y sus llamadas no dicen absolutamente nada, me da hasta pesar que usted esté aquí, el mismo funcionario de la Fiscalía le dijo”.

Por eso Jorge Iván; su mamá, Lucía Yépez y su hermana Marta Lucía Arango le ruega a la Corte Suprema de Justicia o a quien corresponda que revisen su caso.

“Para mí es un falso positivo clarísimo”.

“Es injusto, es injusto y la justicia tiene que existir y que miren bien y que busquen por todos los medios, que bien puedan vengan a mi casa y reburujen todo lo que quieran.