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Un campesino tiene que cargar con su suegra a cuestas para llevarla al médico

Hace tres años, un campesino de Anapoima tiene que cargar con su suegra a cuestas. Su casa quedaba al borde de un camino real, pero desde que un concejal compró la primera finca del camino, resolvió declarar la propiedad privada sobre la vía y él tiene qué hacerla a pie, para llevarla a ella al médico.

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Un campesino tiene que cargar con su suegra a cuestas para llevarla al médico

Hace doce años, el médico le recomendó a Blanca Cecilia Buitrago un clima que le permitiera llevar mejor los efectos degenerativos de la artritis. En 2003, se fue a vivir la vereda San Isidro Alto de Anolaima, Cundinamarca.

El reumatólogo debe examinar en Bogotá a doña Blanca tres veces cada mes. Ella debe recorrer 77 kilómetros.

Doña Blanca Cecilia Buitrago dice que ella está “enferma, me toca allá, no se sabe cuántas citas me saquen, tres o cuatro”.

Pero los primeros cinco kilómetros de su recorrido al médico, no puede hacerlos por el Camino Real sobre el que quedaba su casa. Este fue incorporado a la finca de su vecino hace ocho años.

El expresidente del Concejo de Anolaima, Álvaro Arcila Millán, asegura que 290 metros del viejo Camino Real le pertenecen y no permite el paso de automóviles hacia las 13 fincas que forman parte de esa vereda.
Alcibiades Tabares carga a su suegra en la espalda a lo largo del camino de obstáculos que el concejal transformó en La Colonia, hasta llegar a la carretera que va hacia Bogotá.

Son cinco kilómetros en 35 minutos que debe recorrer Alcibiades con su suegra al hombro para que pueda ir al médico. La familia de Blanca señala que si el expresidente del Concejo permite que la servidumbre sea utilizada para lo que es, las emergencias en las veredas se podrán atender satisfactoriamente.

“Nosotros estamos reclamando que nos deje el carreteable, que nos deje pasar porque ahí hay ancianos, salen enfermos, toca sacarlos al hombro”, afirma Tabares.

El primer y último de los obstáculos son cuatro mastines cancerberos, del concejal Arcila Millán, cuyo trabajo es impedir que el Camino Real siga cumpliendo la función que tuvo durante siglos.

Según Alberto Montoya, habitante del sector desde hace 17 años, el camino del que se apoderó el expresidente del Concejo le pertenece al pueblo desde hace tres siglos. “Aquí pasa todo el que quiera o pueda pasar por acá porque esto es una vía pública, esto es un camino que data de 250 o 300 años”, sentencia Montoya.

El campesino añade que los dueños de las 13 fincas que conforman la vereda están dispuestos a financiar parte de la construcción de la carretera pero necesitan no solo el permiso de la alcaldía municipal sino apoyo económico para alquilar una retroexcavadora que retire las rocas que cayeron hace tres semanas en dicha vía.

Doña Blanca tiene que pasar la mayoría del tiempo en su silla de ruedas. Los médicos dicen que ser transportada así puede traerle consecuencias para la columna de Alcibiades y la arriesga a ella a un posible accidente.





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