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¡Qué tal Esto!

Un periodista ofrecía en venta la condecoración Simón Bolívar de la Cámara de Representantes

Alertados por una entidad educativa y por Qué Tal Esto, la Cámara de Representantes resolvió denunciar a un periodista que estaba ofreciendo la medalla Simón Bolívar del Congreso a cambio de tres millones de pesos, pagaderos en dos contados.

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Un periodista ofrecía en venta la condecoración Simón Bolívar de la Cámara de Representantes

La medalla Simón Bolívar es un honor, establecido en la Ley, que la Cámara de Representantes le puede conceder a personas e instituciones por su trabajo en beneficio de la patria.

Cada congresista puede promover personas y entidades y por cuenta de su unidad de trabajo se fabrican las medallas y diplomas que varían, según su grado, desde la Cruz de Caballero, hasta la Gran Cruz Extraordinaria. Hay congresistas que nunca han promovido una condecoración y otros que lo hacen con mayor frecuencia.

El mes pasado, una entidad de educación superior recibió la notificación de que sería honrada con la Orden de la Democracia Simón Bolívar. Con la noticia venía anexa una lista de precios que debía cubrir para disfrutar de ese honor.

La cotización incluía los servicios pagos de la banda sinfónica del Batallón Guardia Presidencial.

La comunicación, con membretes del Capitolio Nacional estaba suscrita por Uldarico Cuellar, a quien los educadores denunciaron ante la Cámara, pues no les resultaba que el condecorado pagara los gastos del honor que les concedía el Congreso.

El promotor de la condecoración para los educadores, dejó inscrito su celular en la propuesta económica, pero negó cualquier relación con trámites de esa especie.

Uldarico Cuellar, entonces, se presentaba como intermediario de un congresista.

El Secretario general de la Cámara tampoco reconoce que el promotor de las condecoraciones tenga alguna función y oficina en la dirección que presenta como sede en su papelería, el llamado edificio nuevo del Congreso.

El jefe de prensa asegura que tampoco conoce al director de la supuesta revista.

Pero el señor Uldarico no podría ofrecer sus servicios sino contara con la oficina de un representante que le permitiera mover la condecoración y sus detalles.

En consecuencia, la Cámara de Representantes procedió a denunciar al vendedor de condecoraciones.

Pero la estafa parte de la base de que el servicio que ofreció no fue prestado y aunque ese sea el caso de los educadores que se negaron a pagar, puede no ser el de otros condecorados.





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