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Uno, Dos, Tres

Uno | Los animales, en su hábitat, son seres vivos, nacen libres. ¿Saben qué les significa perder su libertad?

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A mí me parece que no hay imagen más triste que la de un ser vivo enjaulado, preso, cadena perpetua.

Enjaular, amarrar, encerrar, enclaustrar animales es casi un crimen. Por eso, a un biólogo no le cabe en la cabeza la idea de cazar animales de la selva, o fumigarlos en la finca, o encarcelarlos en jaulas. Por eso, aplaudo con el alma lo que acaba de ocurrir.

En un recorrido de aproximadamente seiscientas treinta millas náuticas y tres horas de vuelo, un avión de la Fuerza Aérea transportó 2162 tortugas de la especie Chelus orinocensis, más conocidas como mata-mata. Esta misión especial empezó en Leticia (Amazonas), donde las tortugas estaban al cuidado de Corpoamazonia, y terminó en Marandúa (Vichada), donde fueron liberadas en cuatro lagunas de una base militar en medio de la selva.

Las tortugas fueron incautadas por la policía de medioambiente en el año 2018, antes de que fueran traficadas ilegalmente; su destino era China y Perú. Durante dos años, Corpoamazonia se encargó de brindarles alimentación especial y prepararlas para la adaptación a su hábitat natural. Para el traslado de las tortugas fue necesario mantener el avión en un nivel de presurización especial.

La liberación estuvo a cargo de biólogos del Ministerio de Ambiente.

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