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Uno, Dos, Tres

No se imaginan lo que están haciendo en secreto algunos magistrados

El propio presidente de la sala, el magistrado Héctor Alarcón, reconoció que no había dinero para adelantar algunas diligencias en otras ciudades, lo que estaba afectando la recolección de pruebas y la toma de testimonios a varios testigos.

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Hace algunos días revelé en esta sección que la Sala de Instrucción de la Corte Suprema estaba trabajando a media marcha por falta de recursos.

El propio presidente de la sala, el magistrado Héctor Alarcón, reconoció que no había dinero para adelantar algunas diligencias en otras ciudades, lo que estaba afectando la recolección de pruebas y la toma de testimonios a varios testigos.

Como los recursos nunca llegaron pese a las múltiples peticiones, los magistrados de la Sala de Instrucción decidieron sufragar de su propio bolsillo los gastos que demanda su traslado para cumplir con su trabajo en otras ciudades. Loable actitud de los integrantes de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema y una prueba más de que la justicia cojea, pero llega.

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