Uno | Fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre el acoso sexual en el trabajo
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La Corte Suprema de Justicia acaba de proferir un fallo delimitando cuándo ocurre el delito de acoso sexual en el trabajo. Ojo, señoras y señores: contempla penas entre uno y tres años de prisión.
El delito es cometido por aquellos que, valiéndose de su superioridad o de su poder en el trabajo, hostigan o persiguen a otras personas con fines sexuales no consentidos. Dice textualmente la Corte que dicho hostigamiento debe darse mediante «actos habituales y con permanencia en el tiempo».
Las insinuaciones sexuales de un acosador pueden presentarse de manera directa o indirecta, de las siguientes maneras, según la Corte:
«Gestos, miradas, ademanes, palabras».
La Corte Suprema precisó que las mujeres no tienen por qué soportar los cortejos libidinosos de sus jefes. El magistrado Gerson Chaverra, de la Sala Penal, dijo lo siguiente:
Full……. «Declarar que las trabajadoras deben aceptar los cortejos lascivos, libidinosos e insinuantes de sus jefes en el marco de relaciones de poder en donde se encuentran bajo condición de subordinación es un estereotipo dominante que agudiza la violencia de género».
La Corte también cuestionó que los jefes acosadores justifiquen sus comportamientos con bromas o comentarios fuera de tono y agregó lo siguiente:
Full 2 Gerson Chaverra: «Entender que el cuerpo de la mujer puede ser utilizado para realizar bromas o burlas cuando ella no lo ha consentido es desconocer su dignidad humana».
La Corte hizo este pronunciamiento al condenar al señor Marlon Farick Rincón Aljuri, exgerente de la Empresa Electrificadora de Santander, por acosar a dos subalternas: a una abogada le dijo de manera reiterada que su perfume lo excitaba, que «sostuvieran algo, dado que era una mujer linda, bajo la advertencia de que él podía despedirla cuando quisiera»; también la tocó e hizo «comentarios soeces sobre su cuerpo», dice la Corte.
También revela el fallo de la Corte que «a otra mujer que se desempeñó como su secretaria le exhibió “su miembro viril erecto”, pidiéndole que “le practicara sexo oral”».
La historia finaliza como tenía que ser: la Corte condenó al abusador a 30 meses de cárcel. ¡Pocas cosas tan sagradas como el cuerpo de una mujer! ¡Bravo, honorables magistrados!