Tres | Al alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, el Gobierno le jaló las dos orejas: una, por basuras, y la otra, por TransMilenio

Doble jalón de orejas del ministro Murillo, de Medioambiente, al alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa. El ministro Murillo le llama la atención al alcalde por el nuevo esquema de recolección de basuras y sobre la licitación que alista para renovar los buses de TransMilenio.

Sobre el tema de las basuras, se queja el ministro de que la actividad del «aprovechamiento» de desechos no hace parte de las obligaciones de los nuevos prestadores del servicio de basuras, servicio que, por lo demás, es muy deficiente, según lo advierten los bogotanos. El ministro destaca que Bogotá genera el 24 % de la basura recogida en el país, y afirma categóricamente que es «fundamental que el Distrito implemente estrategias de reciclaje, reuso, aprovechamiento y tratamiento de residuos, y desincentive la disposición final en rellenos sanitarios».

Ese es un tirón. El tirón en la otra oreja tiene que ver con los transmilenios. Murillo le recuerda a Peñalosa que Colombia adoptó el Acuerdo de París sobre cambio climático y debe hacer todo lo posible para la reducción de gases de efecto invernadero. Dice el ministro que las emisiones generadas por vehículos que utilizan diésel generan serios problemas a la salud de la población. Murillo le solicita entonces a Peñalosa que dentro de la licitación que se adelanta para renovar los buses del sistema TransMilenio se priorice el nuevo tipo tecnologías de cero emisiones a bajas emisiones.

¡Alcalde! ¡Otro tirón y se queda sin orejas!