Tres | La encrucijada en el alma con la que empiezan el año los conservadores

A un mes de que se reúna la convención nacional conservadora, no hay claridad sobre el camino que tomará esa colectividad, de cara a las próximas elecciones presidenciales.

La convención realizada en 2016 ordenó al conservatismo ir con candidato propio a las elecciones presidenciales de este año; por esta razón, se convocó para el próximo 4 de febrero a una convención descentralizada para escoger el nombre del candidato único del conservatismo. Solo hay dos inscritos: el exgobernador del Valle Ubeimar Delgado y el exministro de Agricultura Rubén Darío Lizarralde.

Como ninguno de los dos precandidatos levanta la aguja ni el ánimo del electorado, varios dirigentes conservadores están buscando alternativas para alinearse de cara a las elecciones. En medio de este panorama hay dos candidatos que están tocando a la puerta de la casa azul en busca de apoyo: se trata del exprocurador Alejandro Ordóñez y del exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón.

Ordóñez asegura que tiene muchos amigos en el interior del conservatismo que le garantizarían el apoyo de la colectividad, mientras que Pinzón sostiene que con sus planteamientos se identifican las bases conservadoras. Como están las cosas, el Partido Conservador está ante un dilema: o acepta a uno de sus copartidarios como candidato, o le hace el feo y apoya a una persona que no milita en sus filas.

En medio de tanta confusión, muchos conservadores podrían apostarle a otra opción, como la de la exministra Marta Lucía Ramírez o como la del exvicepresidente Germán Vargas Lleras.

Las opciones están abiertas, porque en río revuelto hay ganancia de pescadores.