Uno | En el Centro Democrático está ocurriendo algo que ni el más radical uribista se hubiera imaginado

El liderazgo del expresidente Álvaro Uribe en el Centro Democrático está siendo cuestionado y en muchos casos es desatendido.

La reunión que el exmandatario sostuvo en Palacio con el presidente Petro generó opiniones negativas muy fuertes dentro de su colectividad.

La extrema derecha, estilo Giorgia Meloni de Italia, repudió la presencia de Uribe en la Casa de Nariño. La senadora María Fernanda Cabal no oculta su disgusto.

Otro de la corriente radical, Rafael Nieto Loaiza, escribió en su cuenta de Twitter que Uribe «da un mensaje equívoco y desafortunado» a sus copartidarios: «Supongo que Uribe cree que es una manera de que no llamen al uribismo de extrema derecha.

Está equivocado. Le seguirán diciendo así una y otra vez, aunque no lo sea y a pesar de su obsesión en llamarse centro. En cambio, su declaración le lava la cara a Petro y sus políticas».

Detrás de ese encuentro Petro-Uribe hay unas pequeñas historias que conoció esta sección.

Uribe había invitado a asistir a esa reunión a las senadoras María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, y al senador caballista Alirio Barrera, pero finalmente solo acudió con Miguel Uribe y Óscar Darío Pérez, ambos ponentes de la reforma tributaria.

Uribe no le informó de su encuentro al expresidente Iván Duque, quien según los estatutos del Centro Democrático es el jefe natural de ese partido; las comunicaciones entre ellos están prácticamente rotas. La directora del partido, Nubia Stella Martínez, no ha invitado a Duque a ninguna reunión para unificar las opiniones del uribismo frente a las reformas de Petro. Según dijeron algunos duquistas a esta sección, «Duque no existe para la directora del partido».

Para rematar, uribistas de las regiones que están molestos con Uribe están pensando en participar en las elecciones regionales del año entrante, pero inscritos por firmas, lo que podría ser un duro golpe para el futuro del Centro Democrático.