Vuelven a acusar a un hombre por matar a su hija porque “lloraba mucho”

Dean Smith de 46 años, de Watford (Inglaterra), fue sentenciado a prisión luego de que botara a su hija porque “estaba llorando”.

En agosto de 2000, Smith lanzó a Maisie Newell -de cuatro semanas de nacida- a una cuna de madera, el fuerte impacto provocó una discapacidad por las graves lesiones en la cabeza de la menor.

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Tras el incidente, Newell fue dada en adopción, sin embargo, en 2014, la niña contrajo una infección en el pecho y una gripa que le causó la muerte. Luego de su deceso, se volvió a abrir una investigación para esclarecer la causas de la enfermedad y asimismo, su discapacidad.

De esta manera, ese mismo año, miembros de un jurado escucharon a Smith quien narró que él se había quedado solo con su hija, mientras su esposa había salido a hacer unas compras.

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De acuerdo con el testimonio del hombre, él le había pedido a su pareja sentimental que no lo “dejara con la bebé porque gritaba durante horas”.

Tras la negativa de la mujer, Smith quedó solo con Maisie y en tan solo unos minutos, la menor empezó a llorar generando desespero y enojo en el hombre; esto provocó que el sujeto reaccionara de forma agresiva, alzara a la bebé y la arrojara a la cuna de madera, causándole graves lesiones.

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Luego de maltratar a la menor, Smith encendió un cigarrillo y jugó PlayStation mientras esperaba a su esposa. En la noche cuando llegó, la mamá de Maisie notó las heridas que tenía la bebé, por lo cual, decidió preguntarle a su esposo quien “entró en pánico” y “se puso a llorar”.

La progenitora de Maisie la llevó al hospital, donde le dijeron que la menor había ingresado con “terribles heridas” en el cráneo y la columna, lo cual le causaría discapacidades por el resto de su vida.

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Como la pareja tenía otro hijo de 18 meses de nacido, inventaron una historia para que no les quitaran la potestad de él, sin embargo, los galenos descubrieron la mentira, por lo cual, Smith se vio obligado a admitir lo ocurrido.

Después de la confesión, en el 2001 Smith fue condenado a tres años de prisión por las lesiones corporales, mientras que Maisie fue adoptada por Tracy e Ian Newell cuando tenía 20 meses de nacida.

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La pareja se encargó de Maisie y le dijo al tribunal que las lesiones de la niña fueron “catastróficas, irreversibles y que cambiaron su vida”, ya que la menor requería de una atención constante.

“Nunca había desarrollado el control de la cabeza, tenía dificultad para comer, estaba ciega, tenía parálisis cerebral y no podía comunicarse verbalmente, entre otras afecciones que le afectaban su vida”, dijo Tracy al juzgado.

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Luego de los cuidados que pudieron darle a la menor, Maisie contrajo una infección en el pecho, por lo cual, el 31 de mayo de 2014, sus padres adoptivos la llevaron de urgencias al hospital, pero falleció en brazos de ellos por la gravedad de la enfermedad.

Por ello, las autoridades volvieron a investigar lo ocurrido y en 2016, la Policía decidió detener nuevamente a Smtih, aunque luego fue puesto en libertad bajo fianza.

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Posteriormente, en febrero de 2019 se presentaron nuevos cargos contra Smith y en septiembre de ese mismo año,  un jurado de Old Bailey absolvió a Smith de asesinato, aunque el hombre admitió y fue declarado culpable de homicidio involuntario.

“Le había dicho a los miembros del jurado que se consideraba a sí mismo un ‘cabrón de los maleantes’ y que se había ‘derrumbado’ cuando se enteró de la muerte de Maisie”, relató el jurado del tribunal, agregando que Smith “tenía un trastorno de personalidad antisocial asociado con una mayor hostilidad hacia los demás”.

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“Cuando Maisie se unió a nuestra familia decidimos no dejarnos consumir por la ira debido a la discapacidad que tenía de acuerdo con lo que le había sucedido, la falta de protección que tenía cuando ella estaba en su momento más inocente y más vulnerable“, dijo Tracy a la Corte.

“Prometimos no desarrollar la amargura en absoluto que se estaba perdiendo, no maravillarnos de lo que podría haber sido su vida o reflexionar sobre todo lo que soportaría. Elegimos centrarnos en todo lo que ella podía hacer, decidimos darle lo mejor para optimizar sus experiencias de vida y prometimos que nadie volvería a lastimarla“, agregó.

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Tracy e Ian Newell manifestaron que el cuidado de Maisie fue “duro” porque debían mantener que la niña estuviera “lo más saludable y cómoda posible y de que todas sus necesidades estuvieran satisfechas”. “Nos hubiera encantado la oportunidad de haber hecho esto y haberla tenido con nosotros por más tiempo”.

Asimismo, la pareja declaró que dieron “lo mejor”, que siempre la defendieron, “hemos sido su voz, ya que ella no la tenía y nos complace que su historia finalmente haya sido escuchada en la Corte”.

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“A pesar de todos los desafíos que enfrentó a diario, siempre siguió siendo la persona más hermosa y todos siempre comentaban, y todavía lo hacen, sobre su increíble sonrisa. Maisie siempre tuvo la habilidad de atraer a la gente, era como la luz del sol, radiante y brillante. Si bien su cuerpo estaba tan dañado, su alma permaneció intacta”, expresaron.

“Todos pensamos en el mundo de ella y la adoramos. Ella fue y siempre será eternamente amada por todos nosotros, nuestra familia nunca será la misma sin ella”, precisó la pareja.

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De esta manera, Smith volvió a escuchar la sentencia en septiembre de 2019 y, el juez Mark Lucraft QC lo describió como un “caso difícil” para el jurado y lo condenó a tres años y seis meses de prisión.